Respuesta.

He tenido una sensación extraña, muy guay, como por un instante he vuelto a pensar como pensaba antes. Cuando no tenía que trabajar, cuando no me preocupaba el dinero, cuando solo iba siendo y las cosas salían o no, cambiaban o no, y daba igual todo porque todo estaba bien. Y de pronto no sé.

He entendido por qué las fotos que hago no tienen sentido porque son impostadas, porque -de hecho- no lo tienen. He identificado mi falta de emoción, mi encorsetamiento en algo que no arranca. He identificado este vacío que surgió del miedo.

La sensación extraña ha sido como si a la pregunta hecha por nadie: ¿Que harías ahora? Pudiera responder lo que quisiera.

Y la pregunta tenía respuesta.

¡Tenía respuesta! Y no era un no sé. Y no era un me da igual. Y no era un necesito dinero. Y no era un lo urgente no me deja hacer lo importante. Y no era quizás algún día pueda hacerme esa pregunta. Era, sin más, una respuesta.

Qué loco.